El descenso al vórtice del caos continúa. El señor que no quiero nombrar acá hizo su testamento político en TV, ante el futuro cierto que no evade a nadie. Sin humildad, sin arrepentimientos por las daños infligidos con o sin intención, por los muertos en las intentonas, por los muertos por la negligencia y descuido de nuestra seguridad ciudadana, por los llamados a guerra y confrontación, por los llamados a odio y resentimiento, por todo lo que pudo haber hecho con tanto dinero que le entró al país y no hizo, por todas las familias y patrimonios que arruinó con expropiaciones, por toda la cultura irremediable de merecidos que creó en base a la pobreza, porque es ventajosa para recibir lo que sea.
Tú, a quien no quiero nombrar, no dejarás obra, sino des-obra, deconstrucción para dejar escombros solamente. No serás recordado en medio de las dentelladas por el poder que tus acólitos se darán ahora libres de tu dominio carismático y narcisista, tratando de ser tú. No hay otro como tú, y lo agradecemos. Requerimos de uno que sencillamente quiera este país sin su propia efigie impuesta en vallas y altares, y entienda que los que están con él y los que no, comparten una misma tierra, una misma querencia de país y que aunque tengan todos faltas estas pueden superarse para vivir en concordia. El destino te ha traicionado y te quedó grande, porque tú te traicionaste. El tiempo de Dios no fue perfecto para ti en vida, lo será en muerte sin duda, porque serás la leyenda de lo que pudo ser para los que se han beneficiado de ti. Te usaron. Pero también los usaste. Para otros serás la farsa y también lo que pudo haber sido porque no lo fue desde el principio, sino una distorsión que devino en desastre. Ellos serán los que desprecien tu leyenda y tratarán de borrar el vacío de lo que no dejaste. Pero no se puede socavar una leyenda fácilmente. Habrá que vivir con la tuya hasta que el destino también nos alcance. Sólo una era sin nosotros será el olvido para todo. Mientras, lo que viene sin ti será peor por un buen largo tiempo. Habrá que ver si aprendimos algo.
Y si es que nos has mentido, o al final el universo decide darte más chance, será igual lo que aquí digo, para cuando te llegue la hora, porque sin duda, en algún momento te llegará, como a todos.