Hoy me crucé con una frase de William James, filósofo estadounidense, que dice «Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección».
Creo que está claro que en estas elecciones del 23N la abstención se muestra como un hecho negativo para el momento que vive Venezuela en su historia. No es que sería malo para la oposición sino que en general sería negativo para cualquier comunidad que la gente no participe responsablemente en la elección de quienes serían los agentes idóneos para la resolución de sus problemas directos, los que atañen a su propio entorno. Elegir no votar, es elegir por menos oportunidades de cambio, de diversidad, es elegir por la indeferencia de los gobernantes hacia sus gobernados y en que no se sientan obligados con ellos. Entonces hay que tener cuidado con lo que se elige.
Las campañas hasta ahora se han visto tocadas por el tono plebiscitario, o estás con la oposición o estás con el gobierno. Por el nivel de enfrentamiento que aparentemente existe, hasta suena razonable que así sea, pero no es lo correcto en este tipo de elección.
Las elecciones uninominales de alcaldes, gobernadores y concejales se iniciaron como respuesta a una necesidad de descentralizar el gobierno en lo que se suponía sería una reforma del estado . Antes con las elecciones presidenciales, el presidente elegía a dedo quienes serían gobernadores, alcaldes, concejales etc. en arreglos internos de su propio partido y los líderes de los capítulos regionales en desmedro de los líderes de las comunidades que muchas veces quedaban relegados o por no pertenecer a partidos o por no pertenecer a las «roscas» de sus partidos. Para ese entonces ya se notaba un anquilosamiento en las estructuras de poder y las elecciones uninominales vinieron a democratizar a un sistema que impedía al liderazgo popular y regional surgir y gobernar por medio de elecciones directas.
Este es el quid de la cuestión. Las elecciones regionales y de gobiernos locales permiten a la gente elegir a su líder directamente, a aquél que ha trabajado por la comunidad u ofrece una alternativa a gestiones deficientes. Esta oportunidad no se debe perder para expresar una opinión y para permitir que surjan alternativas de liderazgos. Estas elecciones y el consiguiente ejercicio de cargos tendrían que ser el fogueo de futuros presidentes, gobernadores y alcaldes de este país. Porque aquí elegimos hasta concejales.
Entonces, es importante votar. Es lo responsable, si no sólo se desea que las necesidades de la comunidad se satisfagan sino además si se desea que se alivie la división, que las fuerzas se equilibren en la arena política y si, definitivamente, nos resistimos a vivir en un país determinado por una línea personal de pensamiento.
Las disidencias del PSUV denotan liderazgos que están surgiendo. Hay autocrítica y hay deseos de diversidad. Por supuesto ansias de poder también y de eso no se exime la oposición con la falta de unificación de frentes. Pero el juego democrático permite presionar para que las gestiones den resultados. Si lo hacen mal no sólo se les puede reclamar sino que se les puede revocar o sacar en una próxima elección. Así que lo conveniente para ellos es hacerlo bien. Si no se tuviera estos mecanismos de control y la elección fuera a dedo como antes, no habría manera de presionarlos a laborar por sus electores. Los porcentajes de las encuestas hablan de una porción considerable de gente que no se alinea a nada todavía y eso es muy relevante porque demuestra que la polarización entonces no es tan aguda, y que es rechazada.
En este caso es importante que si usted, que lee esto, se identifica con dicho porcentaje salga y vote, no por una consulta plebiscitaria sino por quienes sean mejor opción de gobierno para su municipio, ciudad, y estado.
Infórmese y tenga presente los escollos, tal y como los señala nuestra colega bloguera de explikme en su post El voto, las boletas y las estrategias electorales del 23N.
¡A votar el 23N!
Los blogueros se han unido en una campaña para el voto.
Leer a Naky: El poder del poder local
La uninominalidad es un logro de la sociedad civil, el tener una opción diferente a las listas para no tener que votar por un partido es algo que le abre las posibilidades a los dirigentes vecinales y comunitarios. Pero todo eso se puede perder por las morochas y los chantajes de lado y lado, porque no es una cuestión de un bando, son en general los políticos venezolanos sumidos en sus propios egoísmos.
Los que gobiernan, los eternos candidatos y los partidos no cambiarán si nosotros los electores no lo hacemos y eso lo lograremos cuando asumamos la responsabilidad y participemos en el cómo queremos ser gobernados.
Saludos!!
Me encantó tu blog, es una lástima que no lo haya encontrado antes, si no hubiera sido digno de circular el link para que mucha gente en mi país leyera tu nota.
Hoy 5 de julio, en México se están llevando a cabo votaciones por todo el país. Estoy realmente triste y sobre todo ALARMADA de la contracampaña que está rodando ahi afuera sobre «abstencionismo o anulación del voto» (sobre todo la segunda).
Estoy de acuerdo que se han pasado por muchas crisis y que al igual que en otras naciones se viven problemas de corrupción y violencia. Estoy de acuerdo en que realmente ningún partido es en realidad bueno para gobernar, pero también estoy conciente de que hay partidos realmente nefastos y peligrosos para nuestro país y que de dejarles la puerta abierta terminaremos perdiendo nuestros derechos, nuestra libertad de expresión y posiblemente nuestros bienes. Fabulosa la frase de William James que en tan poco dice tanto. Ojalá toda l agente que se encuentra cegada pudiera darse cuenta de todo lo que provoca con su indiferencia…